jueves, 17 de junio de 2010

::: les corbières - canal du midi {10-6-10}

El dia siguiente comenzo con un poco de lluvia que en seguida paro. Tuve que atravesar carreteras montañosas en una magnana nublada con muchisimos àrboles por todas partes sin saber muy bien donde estaba en el mapa. Al rato llegue a un pueblo propulsado por una cuesta abajo interminable en la que llegué a los 45 km por hora y por fin me situé. No pude resistirme a comprar bolleria de pueblo por un precio nada francés. Es mi perdicion.

Por la tarde llegué a Lezignan Corbières con un hambre brutal y me hice un bocadillo de pro en una baguette bien harinosa que compré en un pueblo enano, tanto que yo creo que no tenia ni nombre. El bocadillo llevaba: tomate, cebolla, aguacate, queso Camembert, sal y aceite de oliva. Impresionante.

En este pueblo pude ver que habia muchisimos gitanos que para mi sorpresa hablaban o chapurreaban espagnol!! Por supuesto, como siempre, algunas perlas salieron de sus bocas. Una nigna iba gritando que le chuparan el cogno y cantaba algo parecido al flamenco dando palmas. Encontré un parque donde engullir mi bocadillo y alli habia una corte de lo màs pintoresca. El cuadro lo componian unos cuantos gitanos franceses, a los que se unieron sus primas las del cogno y las palmas, junto con dos personajes que parecian un tanto embriagados por las cervezas calientes que tomaban. Uno seria cuarenton, muy dejado, y bailaba al son del ritmo del yembé que tocaba uno de los gitanos. El otro era rubio y muy alto, mucho màs joven. Por alli rondaban constantemente dos maromazos de seguridad con un perro, con aire buenrollero conmigo pero voraz con los integrantes del tablao. A mi me recordaron mucho a los polis de "Rex, un policia diferente". Como los polis les cortaron el rollo los gitanos se escabulleron y quedaron solo los otros dos. En seguida el cuarenton vino a mi encuentro cuando me vio lavarme los dientes en la fuente del parque y me pregunto sobre mi viaje. Él me conto que era de Burdeos y que viajaba a pie por Le Pays Cathare, durmiendo también a la intemperie. Resulto ser bastante simpàtico y menos colgado de lo que parecia desde lejos. No asi su compagnero que vino enseguida y demostro ir bastante borracho, aunque también fue muy simpàtico. Hablamos de nuestros viajes y les hice algunas preguntas sobre la zona. Después les hice unas fotos y me despedi.

Por la tarde avancé ràpido con la ilusion de llegar al fin al Canal du Midi y de saber que ya estaba cerca de Carcassonne y de la casa de Christine, que me esperaba al dia siguiente, donde aprovecharia para poner al dia muchas cosas, descansar y limpiar a fondo mi equipaje.

Tras cruzar varios rios llegue al fin al inmenso canal que discurre firme desde el Atlàntico hasta el Mediterràneo. No puedo ensegnar fotos porque no me quedaba bateria. El camino discurria a ambos lados del canal, pasando por barios puertecitos en minùsculos pueblecitos y en cada uno podian verse barquitos con todo tipo de lujos. Era frecuente ver parejitas adineradas en sus embarcaciones degustando su vino francés en copas bien elegantes. El paisaje que ofrece el Canal du Midi es un pasillo de intensa vegetación que lo envuelve todo, dejando pasar a ratos el sol, cortado en mil aragnazos de luz. Es una ruta de lujo para ir en bicicleta aunque a causa del fuerte viento, que nunca ha parado durante mi viaje, habia muchisimas ramas rotas por el camino que a veces se metian en los radios. Alguna vez me imaginé cayendo al agua a causa de ellas como Jacques Tatti en "Jour de fête".



Llegada una hora prudencial me sali del camino en busca de un sitio menos transitado para dormir. Tuve que buscar bastante porque los vignedos una vez màs acaparaban todo el lugar.

1 comentario:

  1. ay, amigo! vas muy por detrás de mi en percepción, yo ya te habia imaginado como Tatti cuando bajabas las escaleras o cuando no podías arrastrar la bici...

    ResponderEliminar