martes, 15 de junio de 2010

::: l'escala - roses {3-6-10}

Me levanté pronto temeroso de encontrar algùn agricultor furioso pero no fue asi y tuve un amanecer de lo màs luminoso. Necesitaba comprar 3 en 1 para la bicicleta porque con tanta arena y espiguitas comenzaba a hacer ciertos ruiditos respetables.


Después de hacer mis compras en L'Escala decidi seguir hacia Empuries, asi que le pregunté a un buen hombre y me indico un camino sensacional que recorria la costa y pasaba por las ruinas de la ciudad greco-romana. Me paré un ratito a degustar las playas y a viajar a mundos submarinos que ya tocaba. Ademàs pude esconder a toda la familia tras las rocas en un lugar privilegiado.



Màs tarde llegué a Empuriabrava, lugar al que no le presté demasiada atención pese a que al pasar pude ver algunos canales por las calles aue hacian del pueblo algo especial. Pero las ganas de comer y siesta debian ser satisfechas, asi que donde mejor me parecio me tumbé a la bartola un buen rato.

Cuando me estaba desperezando escuché una conversación entre dos personajes bien curiosos y el segnor acababa comentando que la selección espagnola jugaba en media hora. Mi sentido aràcnido se excito puesto que yo pensaba que jugaba al dia siguiente, pero la verdad es que viajando asi se pierde la nocion de los dias. Asi que me desperecé todo lo ràpido que pude y me puse en marcha. Empuries era un lugar bien guiresco y no parecia haber el tipo de bar indicado para asistir a la cita, asi que volvi a la carretera y finalmente preferi avanzar un poco para llegar hasta Rosas y probar suerte alli. Asi que meti la quinta y alli me planté. El lugar me sorprendio por su actividad, su cuidado aspecto y su ambiente festivo. De hecho justo se estaba celebrando alguna fiesta porque las calles estaban llenas de flores y gente. Pero mi intencion no era profundizar en el folclore local, sino ver el fùrgol, que ya estaba en el descanso con un aburrido 0-0. Callejeé un poco y no tardé en ver varias buenas opciones. Finalmente opté por un bar con terraza en el que podia dejar la bicicleta casi al lado de mi mesa.

El partido fue un cognazo, la verdad, pero me dio tiempo a tragarme dos buenas cervezas. El resultado final 1-0, con un golazo de Navas por toda la escuadra en el 85. Cuando termino el partido eran ya las 8 pasadas, asi qaue me preparé para buscar alguna cala donde pasar la noche. Antes pedi a la camarera que me llenara un bote de carrete de fotos con lavavajillas. Menudo lujo!

En el mapa brotaba de Roses una carretera regional que serpenteaba hacia el norte por la costa y que llevaba a varias calas. Me encaminé hacia Cala Montjoi siguiendo mi olfato de sabueso amateur, ya que no encontré indicacion alguna {si bien al dia siguiente si que la veria}. Continué entonces por la Carretera del Faro, un pequegno camino de asfalto que culebreaba en ascenso dejando a ambos lados pequegnas casitas blancas muy bien cuidadas y mostrando cada vez unas vistas màs atractivas bajo un cielo plenamente luminoso y un sol que se iba volviendo màs amarillo.

Al final del ùltimo grupo de casas blancas lo que quedo fue un camino de tierra y el resplandeciente vecindario dio paso al monte puro y duro, de rocas muy negras y matojos verdes oscuros bastante bajos, un paisaje àspero y bello. La subida no fue suave, pero como siempre el esfuerzo trajo su recompensa: un tobogán de curvas que aceleraba el paisaje a mis lados. Unos kilómetros màs y encontré un cartel que indicaba "Cala Murtra" o algo asi. Volvia a correr mi particular contrarreloj de las 20:30 y el sol volvia a amenazar con esconderse. Igualmente yo andaba tranquilo e incluso excitado porque me olia que podia encontrar una buena cala para dormir. El paisaje era cada vez màs bonito y también màs escarpado. Asi que tras pensarlo algunos segundos decidi meterme por el camino de tierra {y piedras} que conducia a esa cala. Comenzaba suave pero màs tarde se complicaba. Aunque la verdadera complicación vino cuando el camino se dividia en dos y no habia rastro ninguno de segnalizaicon. Izquierda o derecha: derecha. El camino me lanzo dando tumbos entre àrboles y matojos que me aragnaban las piernas. La maleza me impedia ver el destino de mi marcha. Tras pelearme con varios baches importantes descubri qaue la opcion de la izquierda difícilmente podria haber sido peor que ésta, que me habia devuelto hasta un punto en por el que habia pasado hacia media una media hora. Una pérdida de tiempo y esfuerzo considerable. Me volvia a encontrar en la situación de no poder escoger lugar para dormir, seria el primer escondrijo aceptable que me encontrara. Con este pensamiento y una sensación de leve frustración disuelta con un cansancio ya indisimulable dejé la bici y di una vuelta a grandes zancadas por el lugar. Ni un solo sitio conveniente. Se me ocurrio entonces que tal vez no fuera tan tarde para volver al camino y buscar otra cala. Al fin y al cabo cuando me habia metido en el maldito camino de tierra ya estaba de bajada, por lo que lo logico seria encontrar calas cerca. En dos segundos este pensamiento me domino y corri a por la bicicleta para regresar a la carretera. Pero para ello habia que subir primero un considerable monticulo de tierra. Cogi aire y carrerilla e intenté subirla con toda la carga a cuestas. A medida que subia mis pasos se hacian màs lentos y màs pesados y me quedé a mitad de la pendiente, a punto de perder el equilibrio y caer. Reculé y volvi al punto de inicio. Ahora mi cabeza iba tan ràpida como mi respiración. Solté las dos alforjas y con este uevo peso màs ligero y una bocanada de aire mayor me lancé de nuevo con la bici contra el monticulo. Tuve que sacar un extra de fuerzas para llegar arriba. Casi exhausto corri a por las alforjas y subi nuevamente. Tras varios intentos no consegui colocar las alforjas sin quitar el bulto superior, lo que suponia desarmar todo y volver a reestructurar el equipaje entero. Otro golpe duro en mi carrera contrarreloj. Tras los minutos de rigor de anclaje de los bultos me puse en camino de nuevo. Me percaté entonces de la faena real que me habia hecho el camino escogido: me habia devuelto al punto justamente anterior a las cuestas màs duras. Volvi a encararlas, esta vez con màs prisa y menos fuerza. Iba mirando por todos lados rastreando posibles refugios, pero nada servia. Tras algunas pendientes de penitencia emprendi de nuevo el descenso y fue en se momento cuando reparé en un camino de tierra a la derecha. Lo tomé y apoyé la bici contra un àrbol para rastrear la zona a pie. Encontré un lugar que di por bueno. Pros: suelo aceptablemente llano, vistas preciosas. Contras: se veia desde la carretera y estando en un parque natural esto no era muy recomendable. Digeri la idea durante un minuto y la acepté pues era ya realmente tarde.

El montaje de la tienda trajo una complicación nueva para mi: el suelo era muy pedregoso y las piquetas no se clavaban del todo, asi aue las reforcé con piedras. El hecho de que el lugar estuviera tan proximo a la carretera me sumio en una pequegna paranoia permanente. Enseguida anochecio y tuve que encender mi frontal, pero cada vez que veia un coche a lo lejos lo apagaba y me agachaba. También cambié mi camiseta blanca por la verde oscura, màs discretita.


Cociné un revuelto con patata, calabacín y puerro y me eché a dormir. De lo que màs me impresiona de dormir en la naturaleza es la percepción sonora que se experimente del entorno. Por un lado bajo la oscuridad de la noche nuestro sentido màs usado, la vista, queda casi anulado, por lo que el oido pasa a ser nuestro principal guia. Ademàs por la noche despiertan algunas criaturas con sonidos increíbles que a veces, ya metido en el saco, me hacen cuestionar si son mis suegnos o son realmente las voces de los seres que estàn ahí fuera. En esta noche los sonidos brotaron con fuerza la oscuridad y los hubo de muchos tipos diferentes. A veces, escuchàndolos, imagino el aspecto del animal que los produce y sinceramente hay algunos a los que no consigo asignarles una forma. Estos son los que màs me inquietan.

2 comentarios:

  1. ay... los pelos como escarpias, me tienes en vilo con los casos nocturnos de tu viaje: las palmas de las ruinas, los bichos sin forma...

    yo me los imagino como los seres que salían en "el viaje de chihiro"

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  2. Las palmas son mis favoritas. Son de lo más misteriosas.

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