domingo, 13 de junio de 2010

::: cala canyelles - playa del castillo, palamos (31-5-10)

Por la mañana había que hacer la operación inversa que la tarde anterior. Tanteé a quién le podía dejar las alforjas. Las opciones eran: un musculoso que estaba colocando tumbonas, unos pescadores y una familia (padre, madre, hijo e hija) que estaban jugando a palas. Sin duda ésta última fue la opción escogida. Eran italianos. Les expliqué en inglés que viajaba en bici y me dijeron que no había problema. Pues solucionado: vuelta a por la bicicleta y a por la mochila.


Despertar en Cala Canyelles.

En cuestión de pedaleo aquí empezó la parte dura de la costa. Fuertes subidas y después bajadas gloriosas. Después de cada bajada un pueblo donde poder comprar agua o plátanos.

Inciso sobre la comida

Poco a poco uno se va dando cuenta de qué comida es mejor comprar y cómo empaquetarla. Por ejemplo: los plátanos siempre se me hacen papilla. Entre el calor y la compresión suelen salir muy fofos o completamente mermelizados. Así que mejor comprar pocos o los justos que uno vaya a comer en las próximas horas. Galletas: hay que coger las que no se rompan ni se derritan, y que vengan en embases no muy grandes. Mis favoritas son las clásicas galletas de chocolate del príncipe o sucedáneas. De pronto te das cuenta de que entras al supermercado con otro criterio completamente diferente. Ayer por ejemplo buscaba puerro y no paré hasta encontrar el más pequeño para que me cupiera en el tupper.

Este día me crucé con los primeros cicloturistas de mi vaje. Los alcancé en una subida y les toqué el timbre. Nos sonreímos. Al ver sus teces guirescas rosadas les pregunté en inglés "Where do you come from?" y me respondieron "Germany, and you?", a lo que yo respondí adelantándoles, todo chulico "Barcelona, not very far. Have luck!" y justo llegué a una bajada en la que gocé como un enano.

También es gracioso cuando me adelantan moteros. Un grupo de ellos me adelantaron y me saludaron. Me hicieron sentir un poco como si me ajuntaran. jaja. me hizo gracia. Yo les toqué el claxon de marsupilami, aunque dudo que mi inocente timbre transpasara el campo de fuerza que provocaban sus estruendosos motores.

Cuando me canso me paro en alguna cala y buceo. Es la gloria.


Aqui me meti en un camino de tierra para llegar a una supuesta cala y conforme iba avanzando el camino iba empeorando. Pero volver sobre lo andado era muy doloroso: el mismo camino de tierra pero cuesta arriba, menudo calvario.


Este era el camino hacia delante: regulero.


Pero habiamos venido a concursar y enhorabuena por su pograma: al final del camino cala al canto y buceo que te va buceo que te viene.

La verdad es que ahora estoy echando la vista atrás y empiezo a mezclar un poco los días. Creo que fue este cuando llegué hasta Palamós. Este día pedaleé muchísimo a pesar de las fuertes cuestas. Cuando llegué a Sant Feliu de Guixols busqué una antigua via de tren que ahora es vía verde, para que circulen las bicis. Allí me crucé con un ciclista local cuarenton que me preguntó todo campechano que dónde iba tan cargado, y yo le respondí que a París. El tío flipó. Después de algunas preguntas me animó y me dijo "claro que sí, con dos cojones". Me acompañó hasta un cruce y me deseó buen viaje.

La verdad es que la gente es muy amable conmigo y yo también llevo una aureola de buen rollo. Como para no llevarla. Viajo en bici y hago lo que me sale de las pelotas, así de claro. Así que con la gente muy bien.

Palamós estaba a un tiro y a pesar de ser ya bastante tarde decidí hacer un último esfuerzo y llegar hasta allí. La carretera fue horrible, llena de camiones que me lanzaban su mierda al adelantarme. Me empezaba a doler ya el culo cuando llegué por fin. Directamente me encaminé hacia la Playa del Castillo, en la que estuve el año pasado. Pregunté a una pareja cómo llegar y me indicaron un caminillo mejor que la carretera. Qué suerte, porque este camino fue impresionante. Atravesé unos bosques preciosos, con caminitos de cuento al atardecer. Me metí por un camino en el que había una valla y llegué a un terreno en frente de una gran masía de la que salió un perro a ladrarme. Me dejó bien clarito que allí no podía quedarme (el perro no estaba atado. Era algo parecido a un huscky), así que le pedí disculpas y me piré por donde había venido. Mejor, así volvía a tener que pasar por aquellos caminos preciosos. Por fin llegué a la playa y allí me asenté.


Como no optar por ese caminillo!


Atardecer en la Playa del Castillo.

Al sacar mis cosas comprobé que me había reventado un brick de leche. Toda la alforja de la comida estaba pringada. Lo más perjudicado fue la bolsa de la cocina de gasolina.

En este punto hay que decir que llevaba sin ver un baño 3 días. Me lavo los dientes con agua de mar (de puta madre, porque el dentista (roberhijo y padre) me dijo que me enjuagara con agua salada por las muelas extraídas), cuando cago entierro la mierda como un perro, tengo el pelo como un perro también, los pies negros, muchas heridas (la mayoría causadas por la bicicleta), huelo a mar y tengo muchas picaduras de mosquitos. A veces se me olvida mi aspecto y cuando me miro en el espejo retrovisor flipo.


Piesnegros.

6 comentarios:

  1. Creo que entre los que quedamos en la "cotidianidad" podríamos montar un "reality show" que se llamara "Quién envidia más a Miguel".
    Santiago

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  2. tetasas, chewbacca no tendrá que saberse el único ser en esas condiciones !!!

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  3. Creo que en reality yo tendría muchos puntos para ser la ganadora.
    Sigo tus relatos con emoción, no dejes de dar detalles como el de los plátanos mermelizados.

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  4. está reñido el concurso, señores....
    cuentas las cosas con más detalles de lo que esperaba... creía que te harías un ermitaño arisco sin ganas de comunicación con el prójimo.

    para nuestra suerte, no ha sido así...

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  5. jajaja. de ermitagno tengo poco. cuando tengo ocasion de conversacion se me atragantan las palabras. seguid atentos que a los proximos episodios que vienen cargaditos de detalles buenos: peleas con bichos verdes, migueladas y autostops. no se retiren de sus pantallas!!

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  6. ¡¡Cómo gozo Miguel cómo gozo, acabo de recibir el link y no puedo parar de leer!!¡Otro que desde la "cotidianidad" que te anima, te lee y te admira como un niño a un padre! ¡Viva la mermelización!

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