martes, 15 de junio de 2010

::: cadaqués - cap de creus {5-6-10}

Al dia siguiente exprimi el camping todo lo que pude, comi tarde y me marché en busca de alguna cala en Cap de Creus donde pasar la noche, esta vez sin prisas. Subi por la costa hacia el norte y encontré el mismo paisaje àspero, entre negro y verdo oscuro, con golfos y cabos rocosos en cada horizonte. Al final de un punete un hombre subia entre rocas desde alguna parte a la izquierda de la carretera. Esto me hizo detenerme para observar de donde venia: un cagnon de piedra en el que el mar entraba con forma de punta. Le pregunté y me afirmo que abajo habia una pequegna cala. Aparqué mi bici y descendi. Me encontré con un diminuto paraiso en el que imaginé perfectamente mi tienda montada. Volvi a subir y estudié otras posibilidades al otro lado de la carretera, también buenas. Eran las 19:30 y el sol empezaba a caer, dejando algunos recodos en una sombra fria. Saque la brùjula y la orientación de la primera cala definio mi decision: veria el atardecer buceando.


El sitio estaba bien. Esta vez me cuidé de que no se viera desde la carretera. Problema: el suelo era casi por completo de piedra. Solo pude clavar del todo una piqueta. Ademàs la Tramontana soplaba violentamente, asi que previ un montaje entretenido. Reuni un escuadron de grandes pedruscos y me puse manos a la obra. El viento era en verdad muy fuerte y mi tienda un modesto barco de vela. Tuve que desechar las primeras piedras y buscar otras todavía màs grandes para conseguir montarla.



Después de cenar el viento soplo incluso màs fuerte, daba miedo. Comprobé no obstante que mi tienda estaba bien montada porque no salio volando. Los coches sonaban arriba en la carretera, pero solo se veian sus luces en movimiento dibujando levemente parte del paisaje. También se veia la luz giratoria de un faro que perfilaba una y otra vez sin descanso el horizonte màs lejano que alcanzaban a ver mis ojos, una cadena montagnosa al otro lado de la cala. El dibujo que repetia obsesivamente la luz del faro sobre las cúspides recordaba a las ondas que generan los aparatos médicos informando sobre las constantes vitales.
En la tienda, por la noche, volvi a ser ùnico testigo de otro concierto de la naturaleza. Acompagnando al ritmo frenético del viento que silvaba fluyendo entre las rocas y contra mi tienda, algunas criaturas invisibles se arrancaban con enigmàticos solos que me provocaron todo tipo de sensaciones, incluso algo parecido al miedo. Algùn ser se encargaba de atormentarme entonando un sonidillo agudo intermitente que recordaba un robot de pelicula de los 80-90. De hecho me recordo a R2D2. Se parecia hasta tal punto que incluso llegué a repasar mentalmente todos mis aparatos para acabar llegando a la conclusión de que ninguno producia tales sonidillos. El caso es que parecia provenir del mismisimo interior de mi tienda. Encendi mi frontal y comencé a retirar uno a uno mis objetos siguiendo aquella melodia constante, acongojado por no poder imaginar qué cabria encontrar al otro lado. No hayé nada en absoluto, mas ese bicho no se daba por satisfecho. "Es solo un bicho que hace el sonido de un aparato desfasado", pensé, e intenté dormir. Imposible. Si no estaba dentro deberia estar fuera, justo al otro lado de la fina tela que me aislaba virtualmente de un entorno tan salvaje. Asi que empugné uno de los botellines y la golpeé varias veces. A partir del tercer botellazo no se oyo màs. Justo entonces empecé a escuchar un concierto de rock, lo juro. Evidentemente me cuestioné si aquello tendria algo que ver con la realidad o seria obra de mi embriaguez y mi suegno. Asi, con estos pensamientos, consegui dormirme profundamente al fin.

2 comentarios:

  1. ... te dejaste encendido el mp3??

    o quizás nuestros recuerdos también vuelvan en imágenes sonoras y, al estar siempre rodeados de ruido, no las escuchamos...

    o estas loco de remate, que también es una posibilidad.

    (((como me gusta leer esto!!!)))

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  2. joer, tù si que eres una seguidora!!! qué bien, me esforzaré entonces por que me pasen mas cosas de noche. la verdad es que casi siempre pasan durmiendo en el campo/monte/playa. prometo màssss!!! ahora me dispongo a visitar el lago salagou. con ese nombre y las fotos que he visto en internet los ruidicos estàn màs que asegurados. un abrazo sole!!

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